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lunes, 1 de mayo de 2017

¿EMPEZAMOS? SI. (V) ¿Qué queremos saber?

Si todos los profesores plantearan esta pregunta a sus alumnos antes de empezar cada unidad, todo cambiaría a nivel educativo. Estaríamos partiendo de los intereses de los alumnos. Tan sencillo como esto. 

Uno de los requisitos fundamentales de un ABP es comenzar con dos preguntas: ¿Qué sabemos? ¿Qué queremos saber? Esto será la base de la evaluación del proyecto. ¿Qué ha ocurrido durante el proceso entre lo que los alumnos ya sabían y lo que querían saber? Esto es aprendizaje. Aprendizaje no impuesto. 

Parte de estas dos preguntas y sitúa las respuestas en un lugar visible para que en todo momento puedan acordarse de lo que sabían, de todo lo que están aprendiendo y lo que les queda por averiguar. 

Este es un inicio sencillo pero que multiplicará la eficacia del mismo. 

Debemos partir de los intereses de nuestros alumnos. 

sábado, 18 de marzo de 2017

¿EMPEZAMOS? SI (IV): Busquemos el deseo

      El inicio de un proyecto es su base. Casi todo el proyecto depende de este momento, del primer día, de las primeras sensaciones. Tus alumnos tienen que saber que realmente se va a hacer algo diferente, algo interesante. Ahora que ya estas convencido y te has atrevido a plantearte el comienzo de un proyecto, es hora de que ellos sientan tu cambio.

El tema del que parte tu proyecto tiene que ser cercano a tus alumnos. Si no lo es, busca un nexo con su realidad. Su realidad está dentro de su curiosidad. Los conoces, has pasado mucho tiempo con ellos y ahora les tienes que sorprender. Un punto que tienes que tener en cuenta es que los niños y adolescentes son adictos a las modas. Si pudiera ponerte ejemplos ahora, a principios del 2017, podríamos hablar de jugar a poner de pie una botella con un poco de agua, de la caza de los pokemon o de una de las canciones que inventan los chinos: en este caso el “apple pen”. Cualquier tema de moda va a poder engancharles con facilidad. A parte de la actualidad, seguro que consigues engancharles con cualquier cosa que sea cercana a su realidad. A continuación intentaré ayudarte con una serie de temas para las diferentes etapas:

Infantil y primer ciclo de Primaria

  • Los perros con todas sus variantes (la patrulla canina): tipos de animales, abandono de animales domésticos, adopción de animales domésticos, cuidado de animales domésticos,…
  • Los cerdos (Pepa Pig) con todas sus variantes: la granja, tipos de animales de granja, ¿qué comida sale del cerdo?,…
  • El miedo: las emociones.
  • Los bebés: la familia.
  • Mi habitación: el orden, los juguetes, la ropa,…
  • Mi casa: partes de una casa, ¿cómo podemos ayudar a los papás?
  • Mi barrio: ¿qué cosas podemos hacer en el barrio?, diferentes tipos de tiendas, diferentes tipos de oficios,…
  • El parque: el juego, ¿cuándo podemos ir al parque? las estaciones del año,…
  • Los piratas: los barcos, medios de transporte,…

Segundo y tercer ciclo de Primaria

  • El balón: deportes, cosas buenas y malas del deporte, figuras geométricas,…
  • El móvil: ventajas y desventajas, ocio y tiempo libre, el juego,…
  • Mi habitación: tareas de casa, la ropa, los juguetes, “no es más rico el que más tiene sino el que menos necesita” (el consumismo).
  • El cine: temática, personajes, contexto en el que sucede,…Cada uno de estos puntos puede dar lugar a un gran proyecto relacionado con tipos de ciudades, valores sociales, diversión,…
  • El dinero: injusticia social, pobreza,…
  • Mi ciudad: diferentes tipos de zonas de ocio, lugares para comprar las cosas que les interesa,…
  • Los disfraces: a los niños de estas edades les encanta disfrazarse (y mucho más en el colegio); a partir de cada disfraz, podemos investigar mucho sobre diversos contenidos.


Educación Secundaria y Bachillerato

  • El acoso escolar
  • Redes Sociales: ventajas e inconvenientes.
  • Tipos de redes sociales
  • El móvil: ventajas e inconvenientes.
  • Aplicaciones móviles: editores de texto, audio, video, foto,…
  • Ocio y tiempo libre
  • La música
  • El dinero: consumismo, contabilidad, finanzas, emprendimiento,…
  • Drogas y Alcohol
  • Mis abuelos: el pasado, la historia,…
  • Mi familia
  • Mis amigos: emociones, secretos, abrazos,…
  • La ropa
  • Mi aspecto físico
  • El deporte
  • ¿Cuántos metros cuadrados tiene mi casa?
  • ¿Por qué funciona el bluetooth?
  • ¿Qué es una red wifi?

Por muchos ejemplos que podamos escribir, sois vosotros, vuestros alumnos, vuestra localidad, país o continente los que sabéis cuál es la realidad que rodea a vuestros alumnos y cómo poder utilizarla para motivarles. Si no consigues un tema original, seguro que tienes algún amigo creativo al que le gusta cenar bien; invítalo para hablar sobre qué tema puedes escoger para motivar a tus niños/jóvenes y hacer un gran proyecto. Nosotros quizá no llegamos a ser tan creativos como este cambio requiere pero, en este caso, seguro que puedes apoyarte en alguien que si lo es: no es necesario que sea profesor e incluso quizá sea mejor que no lo sea.

Una vez que has elegido el gran tema con el que vas a comenzar tu primer proyecto, debes de dar dos pasos importantes antes de contarles a tus alumnos la gran idea. En primer lugar, debes de buscar elementos reales que puedas llevar al aula. En este caso se trata de que tú investigues alrededor de ese tema y busques qué puedes llevar a casa el primer día: a Cheis (de la patrulla canina) en forma de juguete, un balón firmado por los jugadores del Real Madrid, una carta escrita por un joven acosado en el instituto que ahora está muerto,…Lo importante aquí es asegurarte de que prendes la mecha de la curiosidad.

En segundo lugar y para reforzar ese elemento que has llevado, vas a dar un paso más allá: prepararás la clase para que los niños no la conozcan cuando entren (Juan José Vergara habla de performance). Debes de conseguir transformar el aula, hacer de ese día un día mágico, especial, diferente,…

Diario de una maestra: Hoy ha sido un día muy especial. Ayer cuando se fueron mis niños de 5 años me puse a decorar la clase con todos los dibujos que ellos mismos habían hecho. Me había traido varios poster que llevaba coleccionando durante varias semanas. Algunos padres me han ayudado porque también teníamos muchos peluches de los niños que había que colgar del techo. Antes de que entraran a clase, yo he salido a recogerlos disfrazado de Ryder. Los niños no se lo podían creer: mi maestra disfrazada de Ryder (tenían que estar soñando todavía). Nos hemos dirigido a la clase y, por el camino, varios perros disfrazados como los de la patrulla canina estaban esperándonos en la puerta: eran voluntarios de la perrera que han colaborado con nuestro proyecto. Cuando hemos llegado a clase, Rubén ha abierto la puerta pero la ha cerrado corriendo porque se ha asustado; esa no parecía su clase. En ese momento, Adrián (el valiente de la clase) ha dicho: yo señorita, yo la abro. Abrió la puerta y dijo: ¡No puede ser! Dentro estaban muchos papás con sus mascotas. Las paredes estaban llenas de posters y dibujos de la patrulla canina (sus dibujos), del techo colgaban Cheis, Marshall y su camión de bomberos, Rochy, Zuma, Rubble, su escabadora, Skye volando con su helicoptero y hasta Everest había venido desde las montañas. Una de las mamás estaba disfrazada de Alcaldesa y dentro de su bolso tenía una gallina de verdad; un papá que era frutero había montado su frutería dentro de clase y, el resto, traían sus mascotas. Ha sido un día increíble. Ha merecido la pena todo ese tiempo en prepararlo todo, llamar a los papás, a la perrera,…No han parado de hacernos preguntas sobre los perros, los tipos de mascotas, por qué hay perros que están en la perrera,…Hasta varios niños se han ido llorando porque querían un perro de mascota en su casa (espero que los papás no se lo tomen a mal). Para los niños será un día dificil de olvidar: es hora de empezar un gran proyecto. ¡Hemos conseguido despertar su curiosidad! 


Creo que es un claro ejemplo de motivación inicial. Motivación necesaria para que tu proyecto comience con fuerzas y pueda llegar lo más lejos posible. 


domingo, 12 de marzo de 2017

¿EMPEZAMOS? SI (III): Siéntate contigo mismo

Necesitas un tiempo con tu programación delante. O mejor dicho, siéntate a programar un proyecto dentro de tu programación. Tienes que elegir los objetivos que quieres cubrir, contenidos que dar, competencias que adquirir y estándares que conseguir. No es complejo. Solamente puedes encontrarte con un gran problema y enemigo de nuestra metodología: el libro. Las propias editoriales están cambiando viendo la que se le avecina: su desaparición. Si todo el mundo está de acuerdo que el Aprendizaje Basado en Proyectos (AbP) es una de las metodologías hacia donde nos tenemos que dirigir y los expertos en AbP aseguran que el libro entorpece la elaboración de proyectos, no tenemos otra elección. Aún así, podemos imaginarnos que todavía no te has desecho de él. Vísteme despacio que tengo prisa: tenemos que ser sensatos y tratar de ir poco a poco; si llevamos trabajando mucho tiempo con el libro de texto, seguramente costará trabajo dejarlo. Por lo tanto, planteémonos para poder empezar a trabajar las dos opciones. 

En ambos casos necesitamos decidir para qué edad y curso va destinado y la asignatura de la que vas a partir. 

Si no te has desecho del libro, con él delante, debes decidir qué contenidos vas a utilizar del mismo (pudiendo utilizar éste como “enciclopedia” para consultar durante el periodo de búsqueda de información). Una vez elegidos los contenidos, es buscar el resto de ítems para hacer tu gran cuadro de proyecto con objetivos, competencias, criterios de evaluación y estándares de aprendizaje; seguramente el libro te facilita todo. Plantéate una temporalización: planifica entre 10 y 12 sesiones para empezar. Digo planificar porque no es lo mismo que programar. Según la R.A.E., el primero va ligado a la planificación y, por lo tanto, se trata de establecer un plan de gran amplitud y una temporalización más abierta; programar va relacionado con algo muy concreto temporalmente como una máquina o la programación de espectáculos. Creo que la elección de utilizar una planificación nos permite cierta apertura temporal que necesita cualquier proyecto. Por lo tanto, comenzar con un pequeño proyecto, nos asegura mayor tranquilidad para poder seguir trabajando con el libro de texto. 


Si por lo contrario ya te has desecho de él, tienes que remitirte directamente al decreto que regula tu comunidad autónoma y seleccionar los estándares de aprendizaje que vas a querer cubrir para relacionarlos con los criterios de evaluación, competencias, objetivos y contenidos. En este momento, debes de poner el foco en las competencias que tus alumnos van a conseguir adquirir. Además de las que refleja la ley respecto a los estándares de aprendizaje, verás como al final del proyecto los alumnos han adquirido muchísimas más competencias relacionadas con las competencias de aprender a aprender, social y ciudadana, digital y sentido de iniciativa y espíritu emprendedor. No mencionamos aquí la competencia que los fabricantes de la ley deciden que no aparezca aunque debería ser base de todas las demás y que, gracias al AbP, los discentes consiguen reforzar: la competencia emocional. Si necesitamos gente creativa, innovadora, crítica e independiente con habilidad de conectar, debemos reforzar y poner en primer plano de nuestras programaciones las competencias anteriormente mencionadas. Es por eso que veremos que nos faltan estándares para completar todas las competencias que los alumnos van a adquirir a lo largo de tu proyecto. 

viernes, 3 de marzo de 2017

¿EMPEZAMOS? Si (II): Quién evita la ocasión evita el peligro

Desde mi punto de vista, hay muchas maneras de empezar un proyecto. 

En primer lugar, podemos tender la mano a la curiosidad que surge de alguno de nuestros alumnos. Ese es el proyecto con más fuerza; este tipo de inicio tiene un peligro: no es ni programado ni planificado. Seguramente tu clase ya está preparada para que, sin darte cuenta, puedan surgir numerosos proyectos gracias a varios factores: una competencia emocional positiva por tu parte, vínculo estable entre todos los miembros del aula y disposición de las mesas y espacios que favorecen un ambiente predispuesto a un continuo aprendizaje. El docente tiene que tener suficiente habilidad para reconducir esa curiosidad hacia donde el quiera: los estándares que tiene que cubrir en ese momento. Ésta sería una solución inorgánica porque lo bonito de este tipo de comienzos es empezar de cero como si de un sueño por aprender se tratara. Es arriesgarse por un aprendizaje real donde los alumnos aprenden por algo que ha hecho despertar una serie de preguntas que se van encadenando unas con otras hasta llegar a completar un círculo pedagógico con diez pilares fundamentales: curiosidad, preguntas, trabajo en equipo, emociones, realidad, respuestas, familia, sociedad, empatía y curiosidad. 

Por otra parte, podemos optar por sentarte contigo mismo y planificar un proyecto: es el caso que vamos a explicar paso a paso en la siguiente entrada.


Una tercera opción aparece tras realizar una serie de proyectos, podemos repetir alguno de ellos conociendo las pautas necesarias para conseguir esa curiosidad fundamental y teniendo ya establecidos una serie de items de la programación general de algún trimestre o incluso de un curso (como es el caso de algunos de mis proyectos). Es la mezcla entre un proyecto predeterminado por el profesor y el ideal de proyecto; por un lado tienes la seguridad de tener una programación estable y, por otro, te puedes asegurar casi por completo cubrir ese decálogo circular del AbP.

sábado, 25 de febrero de 2017

¿EMPEZAMOS? SI (I): ¿te atreves?


Ha llegado la hora de probar con la metodología integral del siglo XXI: Aprendizaje Basado en Proyectos. Hemos hablado y practicado sobre tu sensación dentro del aula; por un lado has participado en las dinámicas, ahora ya miras más a tus alumnos a los ojos y, sobre todo, has empezado a practicar más las cosas que realmente te llenan y hacen de ti un líder positivo para el grupo. Uno de los pilares fundamentales que sostendrán un gran proyecto eres tú. Necesitas cuidarte, estar socio-emocionalmente estable y con mucha energía que trasmitir. Tu eres el líder del grupo y como tal, necesitas transferir esa energía a los demás líderes del proyecto. Hablamos de la competencia emocional docente (CED) que, según Bayón (2015) “es el conjunto de conocimientos, destrezas y actitudes que definen una alta capacidad de autoconocimiento, alta capacidad de conciencia social, autogestión emocional y gestión emocional del aula que debe de tener un docente para el óptimo desempeño profesional”. 

Un proyecto no es un trabajo en grupo gracias al cual los integrantes del mismo reciben un aprobado si su cartulina consigue colgarse en la pared del aula.

Un proyecto no es un gran trabajo en grupo para conseguir llamar la atención del resto de clases y profesores porque estáis buscando información sobre algo concreto, escribiéndola en limpio con letras grandes y pegándola en un gran trozo de papel continuo que vaya desde mi puerta hasta la puerta de la clase de al lado. 

Un proyecto es un proceso gracias al cual los alumnos aprenden muchas más cosas además de los contenidos del aula: el alumnado es partícipe de su propio aprendizaje, las ideas y contenidos parten de ellos mismos, se dispone de gran cantidad de actividades y materiales para conseguir llegar a una educación individualizada y centrada en una atención a la diversidad real; además gracias a esta metodología, los discentes aprenden a planificar, discutir, debatir y llegar a un consenso tomando una gran conciencia de grupo.

En palabras de los propios alumnos de 2º de E.S.O., gracias al trabajo por proyectos: “aprendemos a trabajar cooperativamente, es más ameno, más divertido, trabajamos mejor, nos relacionamos, nos ayudamos, atendemos más al gustarnos, compartimos el trabajo, no damos tanta guerra, usamos diferentes materiales, viajamos y conocemos gente, compartimos nuestras ideas con los demás, desconectamos de las clases magistrales, nos ayuda para trabajar cosas de la vida cotidiana, venimos más motivados al colegio, sirve para demostrar lo que somos capaces de hacer, podemos usar el móvil, nos hacemos responsables, es más educativo, aprendemos sin estudiar, mejoramos nuestro nivel de idiomas extranjeros, colaboramos y conocemos gente de otros países, aprendemos unos de otros, sabemos más de nuestros compañeros, nos centramos, usamos la tecnología,…”.


Podríamos justificar de manera más teórica por qué el AbP es la metodología integral del Siglo XXI pero se trata de que pruebes y lo veas tu mismo. Solo puedes autoconvencerte viéndolo con tus propios ojos y viviéndolo con todas tus fuerzas. ¿Te atreves? 

sábado, 18 de febrero de 2017

POQUITO A POQUITO CRECIÓ UN ENANITO (III): Somos un equipo

Si continúas paso por paso lo que estamos recomendándote, habrás realizado por lo menos tres dinámicas diferentes en tres días diferentes: los cinco sentidos, confía en mí y la pinza (esta última la continúas haciendo siempre que comienzas la clase). Es hora de continuar con alguna de las dinámicas que ahora te proponemos. El tipo de actividades que ahora vamos a introducir necesitan desplazamiento y, por lo tanto, la clase que tienes actualmente (las mesas de cuatro en cuatro y un hueco en medio) es ideal. Recuerda que tienes que participar en todas las dinámicas. Somos un equipo te incluye dentro de ese proceso para conseguir el vínculo que tanto te ayudará para proponerle cualquier cosa a tus alumnos. 

Me saludo

El juego es muy sencillo puesto que la base es caminar por el espacio y pararte a saludar a todo el que te encuentres por el camino. Lo interesante está en que primero se saludarán con la mano pero después, cambiarán el saludo con varios items que tu proporcionarás según va evolucionando el saludo: chocar la mano, chocar la nariz, chocar el culito, abrazarnos,…Recuerda que para este tipo de dinámicas es fundamental que la música esté presente en todo momento.

Globos

Si queremos seguir sorprendiendo a nuestros alumnos, otro día llevaremos globos al aula. A cada alumno le daremos uno. Lo inflarán y que comience el juego:

  1. Primero tendrán que caminar con el globo pensando en cómo se encuentran dentro del grupo, visualizando sus compañeros con los que peor se llevan y mejor (esta actividad se hará con música de fondo lenta).
  2. Segundo, con una música más movida, podrán incordiar un poco a los compañeros que se encuentran. La idea es alternar entre la música lenta y la rápida para que cambien de actividad rápidamente. 
  3. Después, se dividirán en grupos por colores de globo y a la señal del profesor o la música, golpearán con el globo al equipo contrario (guerra de globos).
  4. Al final, por parejas, deberán de romper el globo con la barriga. 

Este tipo de dinámicas es conveniente hacerlas para terminar la clase (si viene después una sesión donde necesiten estar activados) o para despertar a los alumnos a primera hora. Se trata de una dinámica de distensión que también pueden utilizar los docentes para liberar tensiones. 

viernes, 10 de febrero de 2017

POQUITO A POQUITO CRECIÓ UN ENANITO (II). Mi primera vez

Tras esta ruptura es hora de empezar a probar pequeñas actividades que tengan que provocar un cambio estructural de más de 10 minutos dentro del aula: hablamos del trabajo cooperativo formal (Torrego y Negro, 2012). 

Desde mi punto de vista, el trabajo cooperativo es una manera de estructurar el trabajo en grupo en el aula o la propia distribución de la clase con el objetivo de que todos trabajen y se vean motivados a la hora de estar en el aula. En cuanto a la metodología AbP, Majó y Baqueró (2014) resumen que “el tipo de proyecto que posee una máxima potencialidad educativa es aquel que se lleva a cabo mediante el trabajo de equipos cooperativos en el aula. Esta situación provoca que, bajo esta circunstancia colaborativa, nadie por si solo pueda alcanzar la meta si sus compañeros no lo hacen”. 

Lo que te queremos proponer es el segundo paso cooperativo para probar tus sensaciones y las de los propios alumnos cuando la manera de enfocar tu clase cambia por completo. Se trata de empezar a poner en práctica varias cuestiones que te servirán para construir la base de la metodología por proyectos. Podemos resumir en 8 puntos las claves para realizar un buen trabajo cooperativo:

  1. Antes de comenzar con el trabajo directamente, deberás de explicar a los alumnos en qué va a consistir y cómo nos vamos a organizar. En primer lugar debes de dividir a la clase en grupos de cuatro o cinco alumnos. Deben de ser obligatoriamente heterogéneos: un líder, alguien tímido y dos/tres alumnos intermedios. Como podéis observar no hablo de “listos” ni “tontos” porque eso no existe. En referencia a esto Gardner (1995) nos dice que “el objetivo de la escuela debería ser el de desarrollar las inteligencias y ayudar a la gente a alcanzar los fines vocacionales y aficiones que se adecuen a su particular espectro de inteligencias”. Ahora debemos saber que para que un grupo funcione tiene que tener un líder. Los grupos, como hemos visto anteriormente, se sentarán de tal manera que todo el mundo vea la/s pizarra/s sin necesidad de moverse. 
  2. Distribuir los roles del grupo en cuanto a funciones se refiere: coordinador, secretario, encargado del material, tiempo y diario de equipo. El coordinador se encargará de conseguir de que todo el mundo participe, dialogue en la toma de decisiones y que aprenda (el grupo no conseguirá todos sus objetivos si no han conseguido que todo el mundo aprenda). El secretario será la persona encargada de escribir todo lo relacionado con las tareas que tengan que hacer. El responsable del diario de equipo tendrá que crear un diario escrito donde describa el desarrollo del grupo en cuanto equipo se refiere, toma de decisiones, tiempo en organización y realización de las tareas, anécdotas,…El encargado del material será responsable de organizar todo lo relacionado con el material necesario y, además, de cuidar el material que se presta en clase. 
  3. Dividir la materia que quieres trabajar en cuatro/cinco subapartados para que cada uno del grupo tenga que encargarse de uno de ellos.
  4. Conseguir información sobre el tema elegido: traer información de casa para compartir con todos los grupos, búsqueda en la biblioteca del colegio, búsqueda en la sala de informática, búsqueda con los dispositivos móviles y/o tablets,…En este caso debemos de tener en cuenta de que un trabajo cooperativo siempre se debe de trabajar en clase paso por paso y de que, además, todo lo que se traiga de casa será compartido por toda la clase. En definitiva, se trata de que ese primer paso que es la búsqueda de información también sea revisado por el profesor. 
  5. Ahora la tarea del grupo es releer y recoger en un papel la información recopilada de cada uno de sus bloques.
  6. Reunión de expertos: en cuatro/cinco grandes grupos se agruparán los especialistas de cada uno de los grandes bloques. No podrán apuntar nada. Consiste en la escucha atenta de cada uno de los miembros de cada equipo para tratar de completar la información que no han sido capaces de recopilar en la sesión de búsqueda.
  7. Para finalizar la parte de recogida de información dejaremos un tiempo para hablar de nuevo con su equipo inicial y mostrar los datos que ha recopilado cada uno.  
  8. Una vez seleccionada la información dejaremos una sesión entera para la preparación de la exposición.
  9. Exposición en un formato original de cada grupo.



Este es el ejemplo de una tarea cualquiera que puede pertenecer a un gran proyecto. Desde mi punto de vista, deberías estar por lo menos un curso escolar alternando sesiones de tu clase magistral con alguna estructurada según el aprendizaje cooperativo informal y varias según acabamos de ver: aprendizaje cooperativo formal. De esta manera, el cambio se producirá de manera progresiva en todos los aspectos. 

jueves, 2 de febrero de 2017

POQUITO A POQUITO CRECIÓ UN ENANITO (I). Es hora de cambiar


Ya has roto el hielo de tu cambio metodológico. Empiezas a sentirte un poco mejor dentro del aula y estás viendo que ellos te tratan de manera diferente; recuerda siempre que “la realización de un proyecto conlleva muchos cambios en el aula y la relación docente-discente/ discente-docente/ discente-discente es un pilar fundamental”. 

Es hora de cambiar tu clase, tu aula, la distribución que vienes usando desde que llegaste y que heredaste de tus antepasados; tus antepasados heredaron de sus antepasados y así hasta llegar al siglo XIX: no podemos estar educando a niños/jóvenes del siglo XXI profesores del siglo XX con metodologías del siglo XIX. Una de las modificaciones que tenemos que hacer está en la distribución de nuestro aula. Imagino que tienes sentados a tus alumnos en fila de a uno, de dos en dos o incluso en grupos de cuatro pero todos mirándote a tí y a la pizarra sin poder intercambiar una mirada con su compañero porque es motivo de cualquier "sanción/expulsión". Si es así, notarás mucho el primer día que estés en el aula que a continuación te propongo. Al principio cuesta un poco más de trabajo conseguir silencio absoluto durante tus explicaciones pero todos los cambios cuestan y es el momento de que te des cuenta de ello. Además, tienes que saber que el cambio que estamos proponiéndote  va dirigido hacia una clase donde el alumno es el protagonista: lo siento, tu no serás el que mande en clase, serás el facilitador de aprendizaje entre el alumno y la información. Y es que el cambio de distribución de tu aula provocará una transformación directa en la distribución de roles pedagógicos. Para que este cambio no te afecte mucho, debes observar sin preocuparte de que el volumen de tu clase haya subido y de que “silencio absoluto” (tu y yo sabemos que esto no existe ya) esté desapareciendo. 

Por todo ello proponemos la siguiente distribución cooperativa: 

  1. Mesas unidas de cuatro en cuatro.
  2. Todos los alumnos del grupo deben poder mirarse a la cara entre sí 
  3. Todos los alumnos tienen posibilidad de ver ambas pizarras. Imagino que tendrás la nueva pizarra “digital” sin haber quitado antes la pizarra “reliquia”. Sorprendentemente a nadie se le ha ocurrido que una vez puesta la pizarra digital, la otra debería de haber desaparecido por la sencilla razón de que en la primera se puede también escribir. 
  4. Espacio amplio en medio del aula para poder realizar dinámicas siempre que se considere oportuno. Las mesas no deben obstaculizar la amplitud de la clase en la medida de lo posible. 




viernes, 27 de enero de 2017

VISTEME DESPACIO QUE TENGO PRISA (III). ¿Clase magistral? No, gracias.



Antes de terminar con la primera fase del cambio, debemos de introducir alguna novedad en tu manera de dar las clases. Si hasta ahora has venido utilizando la conocida “clase magistral” donde tú hablas y los alumnos simplemente escuchan tu explicación y después hacen una serie de ejercicios, estabas fomentando la desatención por parte del grupo. Es por ello que los hermanos Jhonson (1999) dieron forma a una metodología estructural del aula para conseguir mejores resultados en todos y cada uno de los alumnos. El objetivo principal es conseguir que los alumnos aprendan no solo con su esfuerzo sino gracias al trabajo en equipo, al trabajo cooperativo. Para empezar, consideremos el “Trabajo Cooperativo Informal” como base para iniciar un cambio metodológico.  Suponemos que tu manera de trabajar tradicional se basa en una explicación durante un largo periodo de tiempo y, al finalizar, la realización de los ejercicios correspondientes por parte de los alumnos. Planteemos una actividad concreta modificando esta manera de trabajar para que se entienda mucho mejor:

  1. Dividimos la materia preparada para una sesión en tres bloques.
  2. Situamos a los alumnos por parejas: con el compañero que encuentre más cercano.
  3. Tras comentar el título de lo que vais a ver ese día, la primera tarea que tienen que hacer estas parejas es comentar qué saben de la materia que se va a hablar. A partir de este momento y para conseguir que todas las tareas se lleven a cabo, les comentamos que tendrán que escribir un diario sobre la clase. De esta manera, se les informa que escribirán todo lo que tengan que hacer en una hoja de su cuaderno para una posterior supervisión. 
  4. Primera explicación del profesor sobre una parte de la materia a dar ese día. Todas las explicaciones de la sesión deberán ser cortas dependiendo de la edad de los niños/jóvenes y de su capacidad de escucha. No obstante, recomendamos explicaciones entre 5 y 10 minutos como mucho. Tras la explicación, plantearas una pregunta para que debatan por parejas. 
  5. Segunda tarea en pareja: los alumnos responden a la pregunta planteada. A partir de ahora y para asegurarnos que todos piensan, escribirán primero a nivel individual su respuesta y tras 3 o 4 minutos, la compartirán con su compañero y, entre los dos, buscarán una respuesta final. 
  6. Segunda explicación del profesor sobre el 2/3 de la materia.
  7. Tercera tarea en pareja con la misma metodología que la anterior.
  8. Tercera explicación del profesor: a modo de conclusión.
  9. Cuarta tarea en pareja buscando una manera de concluir y resumir todo lo que se ha tratado durante la clase. Para esta última tarea, el profesor debe plantearles algo más complejo para hacer pensar mucho más a los discentes y poder sacar todo lo aprendido de ellos. Deberá crear un nexo con la siguiente clase para tratar de mantener su atención incluso una vez concluida la sesión de tal manera que se vayan pensando y planteándose preguntas para casa. La manera más eficaz de que los alumnos lleven deberes para casa es planteándoles dudas cercanas a su realidad: de esta manera, su curiosidad serán los propios deberes. Debemos conseguir que éstos no desaparezcan sino que sean sustituidos por sus propias curiosidades.   




viernes, 20 de enero de 2017

VISTEME DESPACIO QUE TENGO PRISA (II). Profesor dinamizador


Ahora que ya has pasado tus primeros días de cambio pensando la manera de mejorar tu estado socio-emocional y observando más a tus discentes, seguro que la sensación es diferente. Quizá no hayas podido conseguir mucho puesto que seguimos con la misma metodología y, como podemos observar, los niños siguen desatentos a tus explicaciones. Vamos a incorporar quizá algo nuevo para ti como profesor pero que lleva muchos años utilizándose en el ámbito de la animación, ocio y tiempo libre, juventud,…Son las dinámicas de grupo.  

¿Tienes un ambiente apropiado en el aula para que se desarrolle de manera íntegra el proceso enseñanza-aprendizaje? O dicho de otra manera: ¿estás cómodo dentro de clase? ¿te sientes incomodo cuando estás con el grupo de alumnos? ¿notas entre ellos vínculos positivos? ¿cómo es el ambiente general de tu aula?

Todos los profesores deberíamos de conocer y manejar con soltura un grupo de actividades y dinámicas que sirven para que exista un clima apropiado dentro del aula. No solo las utilizamos para que ellos se sientan mejor con el resto de compañeros y consigo mismos, las dinámicas de grupo también sirven de nexo entre profesor y alumno. Recuerda siempre que si tu les haces sentir bien, automáticamente aparecerá un sistema recíproco de bienestar entre unos y “otro”. La realización de un proyecto conlleva muchos cambios en el aula y la relación docente-discente/ discente-docente/ discente-discente es un pilar fundamental.

Es un paso para acercarte a ellos y, a la vez, conseguir un ambiente de clase adecuado. A continuación planteamos tres dinámicas para utilizar ya.

Según Puyolàs (2014) las dinámicas de grupo son “ El conjunto de operaciones y elementos 
que actúan como fuerzas que provocan un determinado efecto en los alumnos, en función de las necesidades de un momento dado en un grupo determinado: que los alumnos se conozcan mejor, que interactúen de forma positiva, que estén motivados para trabajar en equipo, que tomen decisiones consensuada,…” 

Los cinco sentidos 

Estamos acostumbrados a dar por hecho que los alumnos se conocen entre si porque llevan muchos años juntos en clase. Esta afirmación suele ser incorrecta porque quizá si saben varias cuestiones como, por ejemplo: qué notas saca su compañero, si es introvertido o extrovertido,…Son pocos al final los detalles que sabemos de nuestro compañero de clase porque si no está dentro de nuestra pandilla de amigos no deja de ser un mero compañero que se sienta en un pupitre dentro de tu mismo aula y que se limita a contestar preguntas sobre contenidos de las materias que se están cursando (como mucho puedes saber si corre más que tu o no porque en Educación Física si que nos levantan de la silla). Por eso, debemos de utilizar dinámicas para saber algún detalle más de tus compañeros que quizá coinciden contigo en cosas que nunca te habías planteado. La actividad comienza con un folio en blanco cada uno donde van escribir sobre los cinco sentidos respondiendo a las siguientes cuestiones: 

  1. ¿Qué te gusta ver? 
  2. ¿Qué te gusta saborear?
  3. ¿Qué te gusta tocar?
  4. ¿Qué te gusta oler?
  5. ¿Qué te gusta escuchar?

Tras responder a las cinco preguntas de manera individual, es el momento de que conozcan a cinco personas diferentes que coincidan con ellos en una de las cinco respuestas (cinco personas diferentes que tengan la misma respuesta que tú en una de las cinco preguntas). El primero que consiga esas cinco personas, ganará (con una chuchería de premio será suficiente…). Se conseguirá un ambiente embarullado que les hará divertirse a la vez que conocen un poco más a sus compañeros. No es normal que tengan este ambiente en clase y eso les va a sorprender y agradar. Además, es muy gratificante para ellos ver como tienen cosas en común con personas que quizá pensaban no tenerlas. Duración: 10-15 minutos

Confía en mi

La siguiente dinámica sirve para saber si confían en si mismos y sus compañeros. Cuando se está trabajando en grupo, la confianza en el resto de compañeros es fundamental; tanto o más que la confianza en ti mismo. Ambas son pilares fundamentales del trabajo por proyectos y dos objetivos clave para conseguir con este tipo de metodologías. Son varias actividades encadenadas con una dificultad gradual entre ellas. 

En primer lugar, necesitarás algo para que se venden los ojos (la mitad de alumnos respecto  al número de clase puesto que comenzarán trabajando por parejas; es importante que las parejas estén niveladas por peso). Uno de los dos se venda los ojos y el otro no. Consiste en caminar por todo el espacio únicamente siendo guiado por el compañero que no lleva los ojos vendados. En un principio le guiarán con las manos en los hombros pero, poco a poco, irá retirando una mano y posteriormente la otra hasta conseguir que confíes en él sin ninguna sujeción: únicamente la confianza en ti. Posteriormente se cambiarán los roles de la pareja. 

En segundo lugar, vamos a ir un poco más allá. Ahora realizaremos una actividad donde la confianza en ti mismo y los miedos serán los protagonistas. Colocados por parejas (la misma pareja que en la anterior actividad) en dos círculos concéntricos mirando ambos hacia dentro. Uno de la pareja se colocará delante y el otro detrás con intención de sujetarle. El objetivo es conseguir que el que está delante se lance para atrás con los ojos cerrados. El de detrás deberá sujetarle con las dos manos pegadas a la espalda y poco a poco ir separándolas hasta conseguir que se deje caer casi hasta el suelo (por este motivo las parejas deben estar niveladas por peso desde el comienzo de la dinámica). Duración: 10-15 minutos


La pinza 

En esta dinámica solamente necesitas una pinza de tender la ropa. Algo muy simple pero que cambia el ambiente socio-emocional de cada día de proyecto. Consiste en que el profesor decore y pinte dicha pinza de una manera especial pensando en algún alumno de la clase que merezca ser reforzado porque ha estado haciendo algo bien. Ese día tú entregarás tu pinza al alumno y, a partir de ahí, este último tendrá que pensar para la siguiente clase a quién le dará otra pinza que decorará en casa pensando en él. De esta manera, en el primer momento de la clase el encargado de decorar la pinza, se la dará (siempre explicando por qué) a quien corresponda. Se formará una cadena de favores verbales en positivo. Si en algún momento vemos que alguien no va a recibir pinza, actuaremos para introducir otra pinza en la cadena con la excusa de que están trabajando muy bien (o algo similar).




viernes, 13 de enero de 2017

VÍSTEME DESPACIO QUE TENGO PRISA (I). Mi primera clase


Hoy es tu primer día de clase, tu primer día de cambio. 

El objetivo que te planteas tiene que ser sencillo pero eficaz; te proponemos algo que puedes hacer y que quizá sea la clave del antes y el después: mirar más tus alumnos. ¿Lo haces? ¿Sueles mirar a tus alumnos? Tal y como figura en el diccionario de la R.A.E., mirar es  mucho más complejo de lo que parece; significa “observar las acciones de alguien, revisar, registrar, tener en cuenta, atender, pensar, juzgar, inquirir, buscar algo, informarse de ello”. Tan sencillo y tan complejo como eso. 

Imagínate tu primera clase con los alumnos que menos te gustan y piensa cómo vas a “enfrentarte” a ellos; una sonrisa es la firma del inicio del cambio. No es necesario que sonrías si no puedes pero si mirarles; intenta mirarles uno a uno. Seguramente te cueste si no lo has hecho nunca pero todos y cada uno de ellos encierran niños/jóvenes que por cualquier circunstancia se comportan así. Empezarás por tus favoritos, los que siempre te salvan la clase, los que dejas para que apunten en la pizarra cuando sales de clase un momento, los que antes de que expliques ya saben la respuesta, los que nunca están mirando para otro sitio durante tu explicación, los que sacan ochos, nueves e incluso dieces…¿sabes de quienes te hablo no? Seguro que ya te han aparecido varias caras con nombre y apellidos; no son muchos pero siempre están cuando los necesitas. Quizá tu primer día de clase solo puedas mirarles a ellos pero es que sabemos que en clase hay muchos niños más; dependiendo del centro donde trabajes serán diez, veinte e incluso treinta. ¿No crees que es injusto que te hayas acordado de unos pocos? Seguro que estás pensando que tu también te has acordado del peor; el que siempre te boicotea la clase, el que apuntan en la pizarra cuando sales de clase un momento, el que no se entera de nada de tu explicación porque suele estar mirando para otro sitio durante la misma, el que saca seises, cincos e incluso suele suspender. Ahora analiza por qué te has acordado de él. Te sueles acordar de los alumnos especiales y él, como muy bien sabes tú, es un alumno especial; cuando digo especial me estoy refiriendo a que cuando se marche, será uno de los que más te acordarás siempre, de los que has cogido cariño.  

Volvamos ahora a todos los que te faltan…¿qué pasa con ellos? Reconoce que hay alumnos que no recuerdas bien su nombre, se te olvidan para ciertas actividades,… Ellos son la base del cambio metodológico que te quieres plantear y por eso debes de empezar a mirarles más de cerca. ¿Qué sabes de cada uno de estos diez, veinte e incluso treinta niños? ¿Cómo están en casa? ¿Tienen muchos amigos? ¿Se relacionan en clase con sus compañeros? ¿Por qué muchas veces no son capaces de mantener la atención en clase durante más de cinco minutos? ¿Por qué no han terminado la tarea si era algo muy sencillo de realizar? ¿Por qué no son capaces de preguntar ni una sola vez a lo largo de todo el curso? Son muchas las preguntas que nos debemos plantear en torno a un alto porcentaje de la clase que quizá se encuentran entre el cinco y el siete a nivel académico; a nivel socio-emocional ni sabemos que ocurre con ellos porque pasan desapercibidos con tanta facilidad que han conseguido que no entren dentro de ese grupo pequeño de niños que cuando hemos planteado nuestro primer objetivo deberíamos de habernos acordado. Acaso (2013) nos recomienda: 
  1. Haz una lista de los nombres que recuerdes de tus estudiantes.
  2. Cotéjala con la lista real.
  3. La próxima vez que tengas clase, intenta memorizar aquellos que olvidaste haciendo un pequeño retrato de ellos.
  4. Intenta trabajar el mismo tiempo con los estudiantes que te gustan, los estudiantes que no te gustan y los estudiantes que ni si quiera ves.



La competencia socio-emocional docente es un pilar fundamental cuando se trata de buscar un cambio; en este caso estamos hablando de conocer el interior de todos los elementos humanos que conviven en tu aula: profesor y alumnos. Hemos hablado de los alumnos pero la base empieza a construirse a partir de ti mismo. Tu interior. Tu estado socio-emocional. Has de conseguir estabilidad en este aspecto porque cada día estás trabajando con algo muy serio: educación. A partir de ahí, tendremos la posibilidad de mejorar el vínculo entre unos y otros para favorecer un ambiente positivo dentro del aula. 

viernes, 6 de enero de 2017

¿EMPEZAMOS? NO



¿No sabes cómo motivar a tus alumnos? ¿Crees que es momento de cambiar tu metodología? ¿En ocasiones te agobias en clase? La clave está en modificar no solo tu metodología sino tu manera de estar en clase: tu manera de ver a los alumnos y de acercarte a ellos. El trabajo por proyectos es el último objetivo que nos tenemos que marcar puesto que para llegar a trabajar en torno a dicha metodología, debemos saber plantearnos objetivos muy concretos, objetivos a corto plazo.
¿Estás seguro de que quieres cambiar? Planteemos el principio del cambio con unos cuantos pasos a seguir para que no puedas agobiarte. Tienes que conseguir que ese proceso te refuerce como profesor para llegar de forma segura al objetivo metodológico que nos proponemos: el trabajo por proyectos. Cuando trabajamos dentro de un aula donde los alumnos están inmersos en un proyecto, se han debido de producir varios condicionantes para que todo vaya como queramos. Si buscamos la realización de un proyecto para terminar con un trabajo “bonito” para colgarlo en papel continuo en el pasillo cuya única finalidad es que lo vean los papás que vienen a tu tutoría, por mi parte no hemos cumplido ni la mitad de los objetivos planteados. ¿Han conseguido aprender tus alumnos realmente los contenidos que pensabas cubrir? ¿Han participado todos activamente en el proceso? ¿Has visto en ellos interés desde el principio hasta el final? ¿Han vivido de manera enérgica y positiva la experiencia? ¿Has notado un cambio en el ambiente de tu aula? ¿Sientes que tus alumnos han reforzado su competencia socio-emocional? ¿Han participado los padres? La localidad o el pueblo donde trabajas, ¿lo han conocido?


Diario: Hoy he tenido uno de los peores días de mi vida laboral. Es el día diez de proyecto con mi clase de 3º de Primaria. Mis 26 alumnos tenían que repartirse varias tareas: buscar información sobre los animales salvajes en el ordenador de clase, poner en las cartulinas el título de los tipos de animales, recortar todos los animales que hay en las revistas que han traído de casa y empezar a pegarlos en cartulinas de varios colores. Hemos juntado las mesas de dos en dos para que se pudieran apoyar bien las cartulinas. Todos querían estar en el ordenador y solo podían buscar dos; aunque he conseguido convencer a la gran mayoría, Julia, Pablo y Martín se han pasado llorando el resto de la clase sin querer hacer nada. Miguel no ha parado de decir: “siempre les toca a las mismas hacer las cosas más difíciles; ni que el resto seamos tontos”. A pesar de que ya tenía tres niños fuera de fuego y otro odiándome, continúo con lo planificado: como tenía 23 alumnos sin enfadar más Miguel, he repartido la clase en grupos de seis para que dos de cada uno escribieran el título que les tocaba, otros dos recortaran y los otros dos pegaran. Uno de los grupos ha empezado a jugar con el pegamento. Lucía le ha dado una torta a Miguel y ahora Miguel realmente no quiere ni verme. He castigado a ese grupo sin trabajar. El resto iban muy lentos y no han terminado. Al terminar el día, la madre de Julia estaba esperándome en la puerta de clase para pedirme explicaciones de porqué su hija no había podido buscar en el ordenador.

Lo que nos cuenta este diario de un profesor cualquiera es algo habitual en las aulas y son muchas las cosas que influyen a que esas situaciones se desencadenen: colocación de sillas y mesas del aula, reparto de roles dentro del aula, solicitud de puestos de trabajo dentro del proyecto, motivación inicial de los alumnos, cercanía del proyecto con la realidad, distribución heterogénea de alumnos en cada grupo,...